Por supuesto, eso es lo importante del cambio climático: señalar a un culpable (ajeno). Mientras no seamos nosotros no hay que preocuparse por el tema ni intentar minimizarlo ni combatirlo, que hay cosas más importantes, como cambiar los nombres de las calles.
Total, a quién le puede importar una inundación aquí o allá, o pasar el verano a 50 grados en la playa de la madre patria, o granizos como puños cada dos por tres, o que en nuestro país dejemos de producir comida porque la sequía desertice el terreno cultivable y a duras penas tengamos agua para beber.
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